07 marzo 2011

TRABAJO POR PROYECTOS





Ha sido un gozo conocer a Fernando Hernández, profesor de la universidad de Barcelona y su concepto y experiencias sobre los proyectos de trabajo. Nos ha ilusionado, enriquecido y abierto una nueva perspectiva de trabajo en la escuela.
Nos decía que se forma al maestro para que HAGA no para que PIENSE. Y yo digo que eso mismo lo trasladamos a nuestros alumnos. Los inflamos a hacer, hacer, hacer actividades, no a que piensen. La mayoría de las veces les planteamos actividades de baja exigencia cognitiva, que no plantean desafíos. ¿Dónde hemos dejado el proceso de indagación y de investigación?
Trabajamos la memoria, pero no la reflexión. Nuestros alumnos repiten los mismos conocimientos que nosotros, a través de los libros de texto, les presentamos. A veces estamos obsesionados en que todos los alumnos aprendan lo mismo. Y los padres obsesionados en que sus hijos acaben los libros, por aquello de que para eso los han pagado, ¿o no?
¿En qué momento del proceso de aprendizaje nuestros alumnos dialogan y exponen sus pensamientos y reflexiones?
Trabajar por proyectos no es hacer proyectos de trabajo sobre un punto de interés que se globaliza, como tantas veces hemos hecho y muy bien hecho, por cierto.
El trabajo por proyectos nos ayuda a:
- Descubrir que la función de la escuela no es solo enseñar contenidos, ni vincular la educación sólo con el aprendizaje memorístico. Hay que favorecer el desarrollo de una serie de competencias que permitan comprender e interpretar el mundo en el que vivimos.
-Desarrollar una concepción del currículum en proceso de construcción que requiere el intercambio entre docentes y la apertura a la actualización de los saberes. El currículum por lo tanto no es fijo y estable, sino flexible y cambiante.
-La apertura a conocimientos que circulan fuera de la escuela y que van más allá de los contenidos especificados por el currículum básico.
-Replantear la función docente pasando a un papel de facilitador que problematice la relación de los estudiantes con el conocimiento, en un proceso en el que el profesor actúa como aprendiz, junto a ellos.
-Importancia de aprender de los otros y con los otros.
Los proyectos contribuyen a la adquisición de competencias relacionadas con:
-La construcción de la propia identidad, en la medida en que lo que se estudia responde a cuestiones inquietantes para los niños.
-La autodirección, que posibilita el desarrollo de sus iniciativas para realizar de manera individual o con otros, procesos de indagación, ordenación e investigación.
-La inventiva, mediante la utilización creativa de recursos, métodos y explicaciones alternativas a las que suelen aparecer en los libros de texto.
-La crítica, en cuanto puesta en cuestión de cómo son presentados algunos saberes.
-El planteamiento y la resolución de problemas desarrollando estrategias analíticas, interpretativas y evaluativas.
-La integración conceptual, pues favorece la síntesis de ideas, experiencias e información de diferentes fuentes y disciplinas.
-La toma de decisiones, ya que ha de elegir lo relevante en la investigación.
-La comunicación interpersonal, puesto que ha de contrastar las propias opiniones y puntos de vista con otros.
Es importante plantearnos estas cuestiones como docentes:
¿Qué quiero cambiar?
¿Qué puedo cambiar?
¿Quiero cambiar?
A veces estamos muy acostumbrados a ser las estrellas de nuestra escuela y aula. A que los demás nos aplaudan. ¿Qué cambiaremos entonces? Otras veces tenemos miedos a enfrentarnos a esta nueva forma de trabajo:
-A perder el control del aula.
-A no saber donde agarrarnos.
-A saber cosas nuevas no como fin, sino para mirar el mundo y a nosotros mismos de forma diferente.
- A enfrentarnos a nuestras carencias y posibilidades, (¡si no sé hacer proyectos!)
-¿Cómo enseñar lo que no sé?
-Pasar de pensar en términos de contenidos disciplinares (información) a hacerlo en términos de conocimiento y saber.
LOS EJES DE UN PROYECTO SON:
1.-Deseo de aprender de las personas implicadas en el viaje de aula y de escuela.
2.-Diálogo. Elemento clave en la construcción del conocimiento y del sentido de los aprendizajes, a través de la relación comunicativa. El aprendizaje no se hace sólo escuchando, sino dialogando.
3.-Problematización y cuestionamiento de la realidad como punto de partida para la investigación.
4.-Metareflexión como proceso para interiorizar las estrategias para aprender desde la complejidad.
5.-Construcción de relaciones y asociaciones entre los distintos descubrimientos y los diferentes aprendizajes.
6.-Documentación y narración de lo que se vive y aprende en el aula.
Queridísimos compañeros y miembros de la comunidad educativa: ante nosotros tenemos un reto, ¿qué hacemos?
Para saber más sobre Fernando Hernández os mando estos enlaces a vídeos de youtube. Una vez allí podéis buscar más sobre él.
http://www.youtube.com/watch?v=sRAPt0lTHFU&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=VAQFTwuk0eI&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=E4Btv32gdM8&feature=related

6 comentarios:

Aldoga dijo...

Pasamos un día agradable, cercano. Creo que Fernando nos supo ilusionar y nos mostró cosas que sabíamos, que intuíamos y que teníamos que verbalizar. Claro que otra forma de enseñar es posible, claro que tenemos que devolver la palabra a nuestros alumnos, claro que educar todavía tiene el significado de disfrutar, de crecer, de compartir.

Lucía Sánchez dijo...

Me alegro de que os gustase. Creo que al menos todos reflexionamos y pasamos un buen día juntos. Un abrazo

Anónimo dijo...

Soy Ana Belén,considero que la reunión de esta tarde ha sido enriquecedora, al igual que lo es todo aquelllo que nos hace reflexionar, pensar en el como mejorar nuestra labor. Pensar, hemos pensado, ahora hace falta actuar, y actuar en equipo.
En un CRA, en escuelas unitarias, es muy dífícil trabajar por proyectos,o con cualquier metodología en "estado puro".Debemos trabajar cogiendo lo mejor de todos aquellos métodos y sistemas que conozcamos, pero sobre todo entusiasmados y creyendo en aquello en lo que hacemos, procurando dar lo mejor de nosotros mismos, pero también pidiendo a los niños que den lo mejor de ellos( trabajo, esfuerzo, alegría,ilusión...).
Recordemos nuestra infancia, nuestra experiencia como alumnos y pensemos en el cómo nos enseñaban, en cómo nuestros maestros llegaban a nosotros y nos hacían aprender, mejorar y crecer como personas. A los niños de ahora, además de otras muchas cosas, también les llegan esas.
¡Por cierto, no exijamos a niños de 12 años que tengan las mismas capacidades que los alumnos de 14!.

Anónimo dijo...

en la teoria todo es muy bonito y nos ilusiona el cambio de trabajo, aunque por desgracia la mayoria de las veces no resulta tan fácil. Bajo mi punta de vista, la base de toda educacion es LA LECTURA,LA REDACCION Y LA ESCRITURA son la base de cualquier aprendizaje y la mayor laguna de todos nuestros alumnos.Si trabajáramos estos apartados conseguirían todos los éxitos propuestos, los aprendizajes vendrán después.

Anónimo dijo...

Ojalá existiera el maestro perfecto, la clase perfecta, los recursos precisos, todos aquellos elementos necesarios e imprescindibles para llevar a cabo un buen proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero mi pregunta es, ¿realmente existen todos estos componentes?.
La casuística de cada lugar es distinta, de cada alumno es diferente, de cada maestro desigual. Todo esto dimana en que cada maestro tenga que “amoldarse” a su clase y hacerlo de la mejor de las formas posibles. Bien demuestra la realidad que todas las personas somos diferentes; al igual que todos nuestros alumnos son diferentes. Nuestra labor consiste en enseñar, en hacer que esas personas que tenemos en nuestras clases adquieran unos valores, unas enseñanzas que les valgan para el resto de su vida. Los métodos que utilizamos pueden funcionarnos con unos alumnos y al año siguiente tener otra clase de alumnos y no ser tan bueno ese método. En fin los métodos dependen de muchos factores y todos no resultan igual de eficaces en determinadas circunstancias.

Anónimo dijo...

Hola compañer@s. Claro que existe el maestro perfecto: eres tú; también existen los alumnos perfectos: son los tuyos. Y, en cuanto a recursos, pero si la mitad de los que tenemos ni los utilizamos...¿Dónde está entonces el problema? En mi humilde opinión radica en nosotros mismos, en creer que lo que hacemos es válido, en convencer a nuestros alumnos de que pueden aprender, que todo es más fácil de lo que parece. Ya sé que cada alumno es distinto y ahí radica nuestro trabajo, en descubrir las posibilidades de cada uno y ayudarles a encontrar su camino para conseguir los objetivos que nos hemos marcado. El problema es que pretendemos que todos consigan lo mismo y eso es imposible. Cada alumno tiene sus "capacidades" que le pueden limitar. Debemos conocerlos y ser capaces de utilizar el método que mejor se adapta a ellos, aunque implique cambiar cada año igual que cambiamos de alumnos. Y, sobre todo, entrar cada día a clase con ilusión y optimismo. Las frustraciones de ayer son los retos a vencer hoy. Nuestra desilusión,en cambio, mata nuestra profesión.
Un abrazo a tod@s.